miércoles, 2 de noviembre de 2011

Nos empeñamos en buscar la felicidad y es ella la que nos tiene que encontrar.

Y sé cuando esté a punto de caer, siempre habrá una persona que me sostenga, pero también habrá muchas otras más que me intenten hacer tropezar. Debería ser fuerte y aguantarme yo sola, pero¿porqué? ¿de verdad vale la pena seguir mordiendo el polvo?¿de verdad tendré que seguir luchando con las rodillas sangrando de tanto caer? ¿Qué ganaría al final? ¿qué hay al final?¿felicidad?
¿No hay otro camino menos doloroso para llegar a ella? ¿Es necesario sentir cómo te partes de dolor, cómo se ríen en tu cara, cómo sufres por alguien a quién no le importas?¿Hace falta tener la sensación de que te arranquen un pedazo de tu alma?
Al final de la tormenta llega la calma, dicen, pero yo sólo veo un mar, gigantesco e infinito, y llueve, diluvia, y no se ve ni un rayo de sol.
No se ve nada al final del camino...solo se ve...el camino.

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